“Soy nacida y criada en el evangelio, mis padres Eliseo Contreras e Hilda García pastoreaban la iglesia de Dios Misiones Mundiales. A la edad de 17 años sufrí un accidente y perdí la vista, lo único que pensaba en ese momento era qué sería de mi vida, de un momento a otro se me cerraban todas las puertas”.
“Cuando dejé de ver, mi madre lloró amargamente y le pedía al Señor que le permitiera a ella sufrir lo que yo estaba viviendo. Mi papá asumió completamente la responsabilidad de protegerme toda su vida, por otra parte, mi hermana pensó que también tendría que hacerse cargo de mí”.
“Sin embargo, Dios dijo todo lo contrario, Él tenía un plan conmigo y con toda mi familia, me anunció que me llevaría a muchos lugares y que haría un instrumento de mí. En el año 1984, me levantó y me entregó un ministerio que me ha permitido recorrer todo Chile y también viajar al extranjero a predicar y cantar las canciones que Él me ha inspirado”.
“Desde niña siempre escribí poesías y cuentos. Cuando me encontré con Cristo en el año 84 sentí la necesidad de escribir canciones que reflejaran lo que estaba sintiendo. Es así como compuse especiales de evangelización y también de gratitud; siendo “Como el viento sobre el mar” la primera de las inspiraciones que recibí”.
“Dios quería hacerse fuerte en la debilidad; de lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a los fuertes, de los necios para avergonzar a los sabios. Detrás de una prueba siempre hay una lección. Todavía mi vida es un desafío, pero Dios me sorprende cada día con su inmenso amor”. Roxana Contreras
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