Los
Hermanos Alvarado, fue un trío de música cristiana de cuerda, cuya carrera
musical se extendió por tres décadas.
Estuvo conformado por los hermanos Román, Rosario y Juan Alvarado.
En
cierto sentido, la música de cuerda, con el uso especial de la guitarra, abrió
sobre la mitad del siglo XX, el camino de los pentecostales latinoamericanos a
un encuentro de su fe con su propia cultura. La guitarra tuvo gran influencia
sobre la música, que se extendió a la liturgia y a la teología pentecostal.
Pascual
y Dolores Alvarado, emigraron a los Estados Unidos desde el norte de México, en
la primera década de la revolución mexicana. Pascual había luchado en las filas
de Pancho Villa y de Venustiano Carranza. El matrimonio tuvo siete hijos, que nacieron
en Texas, Arizona y California.
Los
padres y abuelos maternos de Los Hermanos Alvarado, pertenecían a la primera
generación de conversos Pentecostales del Nombre de Jesucristo hispanos en
Bakersfield, California (siendo bautizados en el nombre de Jesús en 1916). Bajo
esta comunidad pentecostal tuvieron su formación religiosa los niños Alvarado.
Más adelante ellos se adherirían a la Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo
Jesús, que es la agrupación de Pentecostales
del Nombre de Jesucristo de habla hispana más antigua, y que fue fundada en el
año de 1925 e incorporada en California (Estados Unidos) el 15 de marzo de
1930.
En
1932, a pesar de la ciudadanía estadounidense de sus hijos, hubo presión para
repatriar a los padres de la familia (Pascual y Dolores). A fin de mantener la
familia intacta, los padres decidieron regresar a México con sus hijos. Después
de llegar en tren a Torreón, Coahuila, poco a poco se abrieron paso siguiendo
la vía férrea hacia el norte, hasta la frontera. Pascual trabajó de soldador y
Dolores vendiendo tortillas para financiar el viaje de siete meses. El viaje
fue muy difícil, y su hijo pequeño, Juan, se mantuvo vivo gracias a la leche de
una cabra que les regalaron. Luz y Guadalupe, sus hijas adolescentes, no
sobrevivieron a la experiencia, y murieron por desnutrición poco después de su
llegada a Ciudad de Juárez. A su llegada a Juárez, los padres Alvarado se
dedicaron a obtener vivienda y un medio de vida, y a conectarse con la Sede de
la Iglesia Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, que había comenzado a
consolidar su presencia en la ciudad fronteriza del norte.
Las
redes transfronterizas, puestas en marcha a través de la década anterior por
los líderes y laicos de la Asamblea Apostólica de la Fe en Cristo Jesús, habían
servido para mantener a los Alvarado y a otras muchas familias conectados
durante un período de persecución y desarticulación. Esta solidaridad no
existió en otros movimientos cristianos protestantes, incluso en otros
pentecostales, especialmente las dirigidas por estadounidenses, como fue el
caso de Aimee Semple McPherson de la Iglesia Cuadrangular, cuyos latinos en las
filas ministeriales, fueron diezmados por la repatriación.
Al
entrar en la adolescencia, los hijos Alvarado tomaron la guitarra y pronto se
convirtieron en expertos en su oficio. Román, el hermano mayor, decidió desde
el principio dedicar su talento al Señor, mientras que Rosario y Juan optaron
por cantar en las cantinas. Román persuadió a los dos hijos pródigos para que
lo acompañaran cantando en los servicios religiosos. El trío era tan virtuoso,
que pronto ganaron muchos seguidores en las congregaciones de la Iglesia
Apostólica de la Fe en Cristo Jesús de Juárez. Los hermanos experimentaron un
presentimiento inicial del éxito que vendría, cuando fueron invitados a un
programa de la emisora de radio local.
El
repertorio de los Alvarado, consistía principalmente de la música compuesta por
Román Alvarado y otros compositores de la Asamblea Apostólica de la Fe en
Cristo Jesús de los Estados Unidos y de la Iglesia Apostólica de la Fe en
Cristo Jesús de México. Entre ellos se
destaca L. Vega, cuya incorporación de sus temas en el repertorio de Los
Hermanos Alvarado, garantizó su amplia difusión. Los géneros populares mejicanos
fueron adaptados y sacralizados por Los Hermanos Alvarado.
Después
de casi dos décadas en Juárez, la familia Alvarado trazó su camino de regreso a
Los Ángeles. En aquella ciudad, expusieron su talento musical a un círculo cada
vez mayor de latinos evangélicos.
Un
encuentro fortuito con Dale Evans y Laura Harper, esposas de los famosos
vaqueros musicales de Hollywood, empujaría y ampliaría la trayectoria artística
de Los Hermanos Alvarado en dimensiones
que los artistas nunca habrían imaginado. Después de asistir con sus bolsas de
compras a dos señoras anglosajonas en el mercado de Broadway, Pascual Alvarado
(padre de los hermanos Alvarado) accedió a acompañarlas a su casa de Hollywood
para ayudarles a descargar y entrar las bolsas. Yendo por el camino, oyeron
cierta música. Pascual se jactó de que su descendencia podría cantar mucho
mejor. Intrigada, Harper quiso conocer la calidad del grupo musical. Después de
escuchar al trío, los invitó a grabar en un estudio de última generación. El
resultado fueron unos volúmenes tipo LP (Long Play), que marcaron el comienzo
de un largo periodo de expansión de su fama por toda América como uno de los
principales grupos musicales evangélicos, hasta la disolución del trío en 1973.
La
amplia difusión de la música de Los Hermanos Alvarado, se produjo por medio de
sus volúmenes grabados, y varias giras patrocinadas por Harper y la
Organización de la Fe Cristiana. La influencia musical de estos cantantes
cristianos se ha extendido hasta la fecha. Un veterano pastor Nazareno de
Oaxaca, presenta tres factores que mantuvieron fieles a la primera generación
de Evangélicos en el sur de México, frente a la gran intolerancia vivida
durante las décadas de los 50´s y los 60´s. (1) La Biblia, (2) La Oración y (3)
La música de Los Hermanos Alvarado.
En
varias localidades se colocaban los discos de Los Hermanos Alvarado, para
llamar a los hermanos a los servicios. Vale decir que la convocatoria por medio
de la canción "Tú serás responsable de tu alma, si hasta hoy no le das tu
corazón, solo aquel que se entrega a Jesucristo, gozará de eterna
salvación", interpretada por Los Hermanos Alvarado (y compuesta por Nelly
Rangel), provocó gran sensibilidad en medio de la gente del pueblo de Zapoteco,
y una numerosa asistencia a los servicios.
La
influencia de la música de los Hermanos Alvarado, se puede observar en su
resistencia a lo largo de las décadas posteriores. Hoy en día sus volúmenes
musicales se han llevado a formatos electrónicos, y sus canciones se cantan
todavía en muchas iglesias cristianas. La canción “Seguiré a Mi Jesús” es una
de las preferidas por los Pentecostales del Nombre de Jesucristo cuando
realizan la ceremonia de bautismo en agua y sigue siendo un himno favorito
entre los evangélicos de toda América Latina.
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