El popular
cantante de música cristiana Samuel Hernández Vega, se ha convertido en uno de
los exponentes del género sacro que más impacto ha causado en la juventud
puertorriqueña.
Nació el 26 de
septiembre de 1972 en el pueblo de Caguas. Sus padres, Elías Hernández y Raquel
Vega, se encargaron de brindarle desde temprana edad una sólida formación
cristiana en el pueblo de Cidra.
Posteriormente
ingresó a la Universidad Metropolitana donde obtuvo un bachillerato en
Contabilidad y Mercadeo. En la colocación de grados fue el promedio más alto de
su clase por lo que recibió la distinción de Suma Cum Laude.
Recién
egresado de la Universidad, comenzó a laborar como agente de seguros para una
prestigiosa compañía. Sus ejecutorias en dicho empleo pronto fueron reconocidas
cuando fue nombrado por el directorio de la empresa como el Agente de Seguros
del Año.
Pero antes de
alcanzar el éxito en el campo laboral, Hernández comenzó a manifestar sus
intereses artísticos a los 18 años, edad en la que comenzó a componer sus
primeras canciones.
El ministerio
de Samuel Hernández ha sido uno de los impactos más grandes en los últimos tiempos,
en donde más de 500,000 vidas han entregado su vida a Cristo en sus
presentaciones alrededor del mundo y le damos la Gloria a Dios. Su música ha
roto barreras, ha unificado al pueblo y ha demostrado que se puede tener éxito
sin contaminarse y sin cambiar la esencia del evangelio.
Dios lo ha
llevado a ser nominado a un Grammy Latino y a los Premios Billboard, ganador de
múltiples premios como lo son: Premio Paloma de la Paz, Premios Tu Música,
Garita 2004 del Festival de la Bahía, Century Music Awards, People Latin, entre
otros. No obstante, lo más que apasiona a Samuel Hernández es ministrar con su
guitarra en mano a un paciente en sus últimos días de vida en un hospital o en
su residencia. El Señor lo ha llevado a cárceles, escuelas, hospitales, agencias
públicas y privadas, entre otros muchos lugares, a llevar el mensaje de la
Palabra de Dios cantada y predicada. Este impacto evangelístico lo ha llevado a
internacionalizar su ministerio no tan solo en Puerto Rico sino a toda América
y Europa.
¡Sigue
levantando las manos porque Dios siempre tiene el control!
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